29 marzo, 2007

El Show de Ben Stiller

No es ningún secreto. El que sigue este blog sabe que soy un fiel seguidor de la carrera de Ben Stiller. Me hace mucha, mucha gracia.

Lo que no sabía es que Stiller, antes de ser tan popular como es hoy (y sufrir su trastorno bipolar en silencio), había hecho un show para la televisión llamado The Ben Stiller Show. Lo producía la cadena MTV y en el capítulo doce dejaron de emitirlo para siempre.

Una jugada, la de la MTV, que no debió ser muy popular, ya que al cabo de pocas semanas ganaron el premio más importante de la televisión al mejor guión de comedia: el EMMY.

Ahora, el Museo de la Televisión pide los episodios para su conservación, se venden a precio de oro y sobre todo, se disfrutan porque son realmente divertidos.

Anoche estuve viendo algunos de los episodios y he seleccionado
dos imitaciones al cienciólogo más popular de Hollywood. No sé si son realmente brillantes, pero mi antipatía por Tom Cruise (que sigo diciendo que es un gran actor y una persona que selecciona muy bien sus películas y aún así, creo que es un baboso) me ha hecho reír a carcajada limpia.

Para los que sepan menos inglés, la primera es una imitación muy directa y poco sutil. Se trata de una especie de anuncio de Tom Cruise en Broadway. Hace referencias a Rain Man, Nacido el 4 de julio, Top Gun, El color del dinero, Cocktail y Risky Business... Dura muy poquito y hay que aguantar los primeros 40 segundos, que no son muy buenos. Vale la pena verlo:



Y el segundo es una parodia realmente inteligente de Algunos hombres buenos, pero en este caso, en vez de militares son boy-scout y el crimen que cometen es ponerle la mano a un boy-scout en un vaso de agua cuando duerme y atarlo a un palo. En el juicio, Tom Cruise y Jack Nicholson se ven las caras... ¿Que quiere de mí? ¡Quiero la verdad!



No voy a abusar de los vídeos, pero tengo que apuntar la versión de Jungla de Cristal que hace Stiller... ¿un edificio acristalado? ¿un aeropuerto? ¿el metro? No, está vez, Bruce Willis se enfrenta a los villanos en un supermercado.



27 marzo, 2007

El 11 de septiembre según Broadway

Ayer vi World Trade Center, una película que no es muy buena y que se aguanta única y exclusivamente porque sabemos que la historia de los dos bomberos es cierta. Nada que ver con la genialidad de United 93.

Y de repente, me acordé de un magnífico anuncio que vi una vez en la televisión y que estaba hecho por todos los actores que estaban en cartelera en Broadway en el momento del atentado a las torres gemelas.

El sentido del anuncio era intentar que el público en general, y el turista en particular, volviera a Nueva York y, por ende, a Broadway. El mismo alcalde Giulani llegó a decir que era el momento adecuado para conseguir entradas para Los Productores, que era el musical de ese año y del que era imposible encontrar entradas.

El anuncio comienza con mi amada Bernadette Peters y sigue con el cast del Rey León, Glenn Close (que hacía Sunset Boulevard), los actores principales de Los Productores (incluidos Matthew Broderick y Nathan Lane), Brooke Shields, Peter Gallagher, el cast de El Fantasma de la Ópera, la Bestia de La Bella y la Bestia...


Danny Elfman y la ópera de tres centavos

Se llama algo así como La ópera de tres centavos o La ópera de tres peniques, según la traducción, aunque en gran parte del mundo se le llama Threepenny opera. La pieza es de los años 20 y la escribió Kurt Weill y el libreto es de Bertolt Brecht, o por lo menos, eso pone Wikipedia.

En realidad, yo no tengo este CD y hasta hoy sólo había oído la pieza esa de "Mackie, el navaja". Una pieza que todos los cantantes de salsa cantan y que yo odio con todo mi corazón. No me gusta. No me gusta nada.

Pero resulta que soy adicto al blog de Alex de la Iglesia (Blasfemando en el vórtice del universo) y el otro día, no sé si en un post o en los comentarios, el director de cine decía que la gran banda sonora de Danny Elfman Pesadilla antes de Navidad le debía mucho a La ópera de tres peniques. Mi alarma interna se encendió y me puse a investigar.

Y efectivamente. Hay algo de la ópera en pesadilla... pero afortunadamente no estoy hablando de plagio, estoy hablando de estilo, de
déjà vu, de algo característico... La realidad es que sigo adorando a Elfman, pero hoy he descubierto que La ópera de tres peniques tiene una pinta estupenda y ahora mismo visito Amazon.

Comprueba tu mismo el estilo elfman sesenta años antes de que existiera Elfman. Por cierto, este clip vale su peso en oro, es demencial y maravilloso. Él es Alan Cumming, que está igual de bien haciendo Cabaret en Broadway como haciendo de Rondador Nocturno en la segunda parte de X-Men, y ella es la maravillosa Cindy Lauper (de mi época)...


John Rambo es mayor que Indiana Jones

Sinceramente no lo sé, pero con las vueltas que le han dado al guión de Indiana Jones, seguramente será una gran peli. Confío plenamente en Spielberg, confío en Connery, y hasta cierto punto, confío en Harrison Ford y George Lucas. Por confiar, hasta lo hago de David Koepp, guionista de esta nueva peli de la saga de Indiana.

Seguro que han adecuado la historia a los nuevos tiempos y Indiana Jones será mayor y representará dignamente a alguien de su edad.

Lo que no es normal es que se hagan públicas las fotos de rodaje del nuevo Rambo (mi conexión con estas películas es nula, la primera se llamaba Acorralado y estaba bien, la segunda tenía una banda sonora de Jerry Goldsmith que es una auténtica obra maestra y... ya está) y el Sr. Stallone intente parecerse a su personaje de hace veintitantos años con camisas ceñidas y una peluca que intenta imitar el pelo que tenía en los años ochenta.

Mi lectura de la foto es la de un señor mayor, muy hormonado, con peluca y muy poca vergüenza.

25 marzo, 2007

NOTODOFILMFEST.COM

Es lo mejor que le puede pasar a una persona que quiere ser director de cine: presentarse a Notodofilmfest.com. Me imagino a todos los jóvenes de la Facultad de Ciencias de la Información grabando cortos sin parar para presentarlos al mejor concurso de cine actual.

Cada año están involucrados diferentes directores de cine profesionales, y siempre Javier Fesser. Y de ahí han salido profesionales magníficos, como el Sánchez Arévalo de AzulOscuroCasiNegro (que, por cierto, en su momento hizo un corto magnífico). Y uno de los grandes aciertos es que los cortos no duren más de tres minutos y medio. En muchos casos es cine de calidad concentrado.

Pero las personas que quieran información sobre este asunto deben ir directamente a la página web. Yo sólo escribo estas líneas porque hace unos días se dieron los premios de este año y creo que la cinta ganadora es muy, muy divertida. El nombre de su director lo voy a retener en la memoria porque seguro que se convierte en un nuevo nombre a tener en cuenta en el cine español: Oriol Puig Playá. El corto se llama Atracciones y ya lo he visto cinco o seis veces. Cada vez me río más.


22 marzo, 2007

Treinta años sin musicales

No exagero. Por supuesto que se han hecho musicales maravillosos en estos últimos treinta años, pero el género como género prácticamente ha desaparecido. Gracias a Dios, para personas que amamos que un tipo de repente pare de hablar y empiece a cantar, ahora se ha puesto de moda llevar algunos musicales de Broadway al cine: Evita, El Fantasma de la Ópera, Rent, Los Productores, La tienda de los horrores... pero como musicales de teatro que sean un auténtico éxito como para adaptarlos al cine no hay tantos, me parece que es una moda pasajera.

Pero en estos años, hemos tenido verdaderos musicales cinematográficos que han valido la pena, e incluso algún momento musical glorioso en una película no musical.

Yo tengo mis momentos favoritos, como la caótica secuencia de la cafetería en Fama de Alan Parker. Una extraña fusión de música real y música grabada, en donde realmente dan ganas de ponerse encima de una mesa a bailar:



Y más que películas como Moulin Rouge, que dividen mi corazón entre lo maravilloso de algunas secuencias y una realización videoclipera que no me gusta nada, me quedo con secuencias como la del tren en Bailando en la Oscuridad. Sin duda, una secuencia maravillosa para una de las obras maestras de Lars Von Trier, el director de Europa.

Pero de todas estas secuencias, hay una que siempre ronda mi cabeza. Se trata de una de los números finales de Cotton Club. El gran (y tristemente desaparecido) Gregory Hines hace el papel de un famoso bailarín que va a ver el espectáculo de su hermano, que también es bailarín. En principio, se llevan fatal, pero con este número musical, olvidan sus diferencias. Absolutamente memorable. Esta película es una obra maestra, ¿todavía no la has visto?




21 marzo, 2007

Unas pocas cosas que me he aprendido de Jerry Lewis

Comprendo perfectamente que a mucha gente no le guste nada el humor de Jerry Lewis. Y es que este señor conecta directamente con el humor absurdo de los niños. Quiero decir, si yo conociera las películas de Lewis a la edad que tengo hoy, seguramente no me gustarían tanto como me gustan.

En contra de lo que pudiera parecer, Jerry Lewis es una persona encantadora. Su plató, cuando dirigía y actuaba, estaba abierto al público. Se desvivía por los niños y siempre estaba en el sitio adecuado cuando un amigo lo necesitaba.

Sus relaciones con Dean Martin fueron mucho más que profesionales. Trabajaron juntos durante algo más de diez años y cosecharon un éxito inigualable. Por eso, a Lewis se le partió el corazón cuando en una discusión con Dean Martin este le confesó que para él, Lewis era simplemente una máquina de hacer dinero.

Lewis lo adoraba y aún hoy, lo idolatra. Siempre le gusta recordar sus conversaciones, sus improvisaciones sobre el escenario, sus aventuras... Unos cuantos años después de que la pareja se separara, Frank Sinatra se presentó en uno de esos maratones para conseguir dinero que Lewis hace todos los años en EE.UU. y le trajo a Dean Martin en persona. No se veían desde su sonada separación. Se fundieron en un cariñoso abrazo y Jerry se puso a llorar como un niño. Enseguida, Martin quiso cantar y le dió indicaciones a Sinatra para que se llevara a Lewis del escenario.

Está claro que Lewis ha tenido sus manías de gran estrella, como eso de ordenar que pusieran altavoces y música a todo volumen en el plató para que cuando él llegara por las mañanas, la gente supiera que "la estrella ya está allí".

Hace pocos años, cuando Frank Sinatra estaba a punto de morir, sólo se levantaba de la cama para contestar a la llamada telefónica semanal que, estuviera donde estuviera, hacía Jerry Lewis. Su amistad se remonta a la gran época de actuaciones en Las Vegas. El caso es que Sinatra, contra todo pronóstico, casi se mea de risa y se muere de un ataque de tos repentino cuando recibió una carta del gran Jerry con un cheque dentro. La carta decía:

"Sé que pasas por un mal momento. Te envío este dinero para que tu mujer y tú os permitáis un capricho".

El cheque era de 25,50 dólares. La mujer de Sinatra lo quería cobrar (?) pero el cantante lo enmarcó y lo puso en su habitación.

Uno de mis recuerdos de mi infancia: la genial escena musical de El Ceniciento, que no es ni de lejos su mejor película, pero es la primera que vi:


17 marzo, 2007

La trilogía del Padrino

No puedo decir demasiadas cosas del Padrino. Todo el mundo lo sabe. Las tres películas son puro cine, clases magistrales de como contar una historia (y no solo de crear imágenes impactantes, cosa muy habitual hoy en día).

La primera es una obra maestra, la segunda es todavía mejor, y la tercera tiene el encanto de ver a los mismos personajes veinte años más tarde. Tres clásicos magistrales.

Una cosa que siempre me ha llamado la atención de Coppola es su extraordinaria utilización de la banda de sonido. Por ejemplo, en Apocalipsis Now, los soldados ponen, para motivarse, a Wagner en los altavoces de los helicópteros a la hora de realizar un ataque. La música en ese momento forma parte del relato, está dentro de la historia, pero cuando el ataque está en pleno apogeo, de repente, la música ya no se oye en los planos de los helicópteros, sino que ha pasado a formar parte de la banda sonora de la escena. Resumiendo: la música pasa en pocos segundos de estar dentro de la historia a ser un componente de la narración cinematográfica. Los teóricos llaman a esto música diegética y extradiegética.

Pero hay muchos más ejemplos del espléndido uso del sonido de Coppola (tan importante como la imagen). En La Ley de la Calle, me parece recordar que es Mickey Rourke antes de ser un atontao, saca una navaja. Para que este acto sea amenazante, Coppola puso el sonido de como se desenvaina una espada. Nadie se da cuenta del hecho, pero todo el mundo se queda acojonado del impacto del momento.

En los Padrinos hay mil detalles con el sonido (es que de verdad, es una clase magistral de cine se mire por donde se mire). Uno de los detalles más desvergonzados es cuando el hijo de Al Pacino, que quiere se cantante, le dedica una antigua canción siciliana. Lo que canta es la famosa melodía de la película:



Pero sin duda, donde mejor se emplea el sonido es en una de las secuencias más logradas de la trilogía: el final de la tercera parte, a la salida de ver la ópera Caballería Rusticana (su música se emplea también en este momento), un asesino quiere matar a Michael Corleone/Al Pacino y a quien dispara es a su hija (Soffia Coppola, la directora de cine). El sonido viene y va como a Coppola le conviene, desde los gritos del momento hasta el silencio en el que la hija dice "¿Father?". Nunca sabremos si el absolutamente desgarrador grito silencioso de Al Pacino es cosa de Coppola o de la garganta del actor. Son algo más de cuatro minutos de una de las mejores secuencias de la historia del cine.



PD: Hoy en día sería imposible hacer una película con Diane Keaton, Al Pacino, Rober deNiro, Robert Duvall, James Caan, Marlon Brando, Andy García, ElliWallach, Joe Mategna, Lee Strasberg...

15 marzo, 2007

Hasta que llegó su hora

La varicela está llegando a su fin... pero yo me encuentro muy bien, aunque sigo con una baja médica por un par de días más. Y aunque la primera semana enfermo fue muy, muy mala, el resto del tiempo he estado viendo DVDs sin parar, desde las cinco películas de Dirty Harry hasta los 3 Padrinos de Coppola...

Pero hay una película que me ha vuelto loco. La conocía de haberla visto en televisión hace muchos años (en una copia nefasta) y por fin la he visto como se merece. Y aunque su título original es el que pone en el cartel, aquí se llamó Hasta que llegó su hora. Es uno de los mejores western que se han hecho, dirigido por uno de los directores que mejor ha planificado en la historia del cine. Cada plano, cada composición es una auténtica delicia (como las cuatro personas del cartel de al lado). El tempo es perfecto y aunque la película dura tres horas, pasa en un auténtico vuelo.

El problema de planificar de forma tan exquisita es el formato con el que trabajaba Leone. Esta película, en concreto, está rodada en un 2.35:1, o sea, un formato muy apaisado que sólo se puede ver correctamente en el cine o en una buena televisión y la última edición en DVD que han sacado (y que es altamente recomendable por sus magníficos documentales). El formato viene a ser, más o menos, este:


Yo creo que es la mejor película de Sergio Leone, por encima incluso de Erase una vez en América. Y es que, además de la espléndida partitura de Morricone, el guión está escrito por el mismo Leone, con la colaboración de Bernardo Bertolucci y Dario Argento... vamos, tres putos genios.

Una de sus claves está en la magnífica interpretación de Henry Fonda, haciendo de malo, malo... su primera intervención en la película es para matar, de frente y con calma, a un niño de diez años.

Pero para que se hagan una idea de la magnífica planificación de Leone, miren detenidamente esta secuencia de menos de dos minutos. Desde aproximadamente el segundo 30 hasta el final, es un solo plano en movimiento. Teniendo en cuenta la cantidad de actores que se mueven en plano y la dificultad añadida del movimiento de la cámara, me imagino que tardaron en rodarlo unas cuantas horas... o días. La secuencia nos habla de la llegada de Claudia Cardinale a una estación de tren donde se supone que su marido la está esperando, pero no hay nadie porque ya se lo han cargado. Ella pregunta donde está su casa (ya que todavía no la conoce) y se dirige para allí.

Ni siquiera en Youtube respetan el formato original, ya que falta bastante imagen por los laterales y por tanto, los encuadres no son tan perfectos como en la peli original, pero vale la pena:


01 marzo, 2007

Bar y Cela

Pues eso. He pillado la varicela. 35 años y varicela.
No he visto los Oscars, ni sé quién ha ganado... pero me duele mucho la cabeza... mucho... Deliro.
Hasta la próxima