04 junio, 2008

José Antonio Ramos

Hace pocos años, Víctor Falcón, realizador de una televisión local canaria en la que yo trabajaba, me pidió que hiciera la traducción simultánea de la gala de premios MTV. Habíamos conseguido la señal en directo y en exclusiva y nos planteamos hacer un pequeño acontecimiento de esto.

Esa noche, en directo, Víctor consiguió reunir a unas cuantas personalidades del mundo de la música en Canarias y, además, uno de los invitados trajo unas cuantas botellas de vino. Como la imagen que se veía en pantalla era la de la MTV, y sólo las voces eran las nuestras, lo pasamos francamente bien en un ambiente muy relajado.

Esa noche conocí a José Antonio Ramos, un timplista canario que ha optado por hacer que este pequeño instrumento que caracteriza al folclore de nuestras islas sea mucho más universal. Entre sus curiosidades destaca el uso del timple con formaciones de jazz, con orquesta e incluso, alucinen ustedes, el timple eléctrico.

Sin embargo, mi historia con José Antonio Ramos se remonta a diez años, cuando conocí a mi mujer, ya que el timplista formaba parte del grupo de músicos que colaboró con Pedro Guerra en la banda sonora de Mararía (aunque esta historia ya la he contado). En aquel momento nos presentaron y sólo intercambiamos unas palabras.

En la actualidad, vivo completamente alejado de la tele y del cine y me dedico a labores más rutinarias (lo sé, me duele decirlo y lo achaco a la edad, pero la rutina es lo mejor que me ha pasado en la vida, no me gustan los sobresaltos ni las sorpresas), le había perdido la pista a José Antonio.

Un par de veces hemos cruzado palabras de cortesía mientras esperamos que nuestras hijas de cinco años salgan de su clase de ballet en el colegio Arenas. La última vez, nos reímos a carcajadas cuando vimos a 40 niñas de cinco años vestidas con tutú, haciendo una de esas imágenes perfectas justo en el momento en el que no tienes la cámara de fotos a mano.

José Antonio Ramos es un tipo grande con un corazón grande. Hoy, con sólo 38 o 39 años, el corazón se le ha roto. Es lo que tiene ser grande. No es justo. Fíjate si debo ser tonto que jamás había pensado en ti y hoy no te vas de mi cabeza. Creo, en honor a la verdad y sabiendo que voy a hacer una frase demasiado manida, que tu pérdida deja un hueco insustituible.

La canción de Mararía de Pedro Guerra, en versión de apenas un minuto, por el timple de José Antonio Ramos:


4 comentarios:

  1. Preciosa versión. Una pena que la gente que haga cosas tan bellas tenga que irse.
    Por cierto, te he "concedido" un premio bloguero desde mi blog :P

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  2. No sabía q se había muerto.Me asombraba q fuera capaz de ganarse la vida con el timple.También me llamaba la atención q se le conociera en la península.Es lo q tiene ser grande.

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  3. Lo leí ayer en EL PAIS, que había colaborado entre otros con Carlos Núñez. Una pena, en la mejor edad con todavía mucho que demostrar.

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  4. Querido primo, le has puesto música a los títulos de crédito del final de una vida. Precioso, oiga.

    P.D.:"..., la rutina es lo mejor que me ha pasado en la vida, no me gustan los sobresaltos ni las sorpresas".
    Esto me lo tatúo en el pecho. Amen, hermano.

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