28 mayo, 2009

Cuando Judas entra en tu casa...

Tengo dos post pendientes y algo de apatía. No pensaba ponerme a escribir sino aprovechar esta media horita que tengo para pasearme por Internet... pero a veces leo cosas que me dejan atónito. No comprendo lo que está pasando o si, como dice mi amigo José Miguel, la forma de consumir música y cine está cambiando tan rápido que estamos viviendo los coletazos finales y desesperados de la SGAE.

Hace un par de días, a un joven de 26 años se le presentaron cinco personas en su casa, y con aire amenazante y una extraña y falsa orden de registro, se metieron dentro de su hogar y analizaron seis discos duros.

La historia, en primera persona, aquí. La respuesta de la SGAE ante este atropello, aquí. El abogado de la conversación que se narra en los hechos es, afortunadamente, David Bravo, que escribe sobre estas cosas y está muy metido en este rollo. Su blog, aquí.

Y la noticia recogida en los medios, aquí. En Menéame es portada y yo, sinceramente, alucino.

El señor de la foto es Teddy Bautista, que ha demostrado en repetidas ocasiones que ha sido el mejor Judas del famoso musical de Lloyd Webber, está amparado por ciertos sectores del poder: desde la absolutamente espantosa directora de cine, ahora ministra, González Sinde (pero no culpe a la Mula de sus fracasos, que nadie en su sano juicio se ha bajado una película suya. Y mejor se gasta el dinero en averiguar por qué, este año, hay tantas películas españolas con una media de 15 espectadores. Le recuerdo que, por error de algún pardillo, Wolverine se descargó, dos semanas antes de su estreno, en millones de ordenadores y ha sido un éxito de taquilla colosal) hasta algunos artistas (aunque ya son muchos los que se desmarcan de la SGAE). Por cierto, esta institución que recauda derechos de autor para los artistas, se acaba de comprar uno de los palacios más espectaculares de Madrid.

No comprendo lo que está pasando. Sé que poco podemos hacer los ciudadanos con estas tropelías, pero empiezo a sentir asco y nauseas. Y me empieza a recordar mi enfado con los Ositos Amorosos.

Empiezo a pensar que, a la hora de votar por un partido político, puede ser un elemento a tener en cuenta. Y los que leen estas líneas no se lo tomen a mal, sé que hay cosas mucho más importantes: la paridad, la marginación, la economía, el paro y mil cosas más ... pero tampoco creo que algo como la cultura libre (intercambiar archivos como sacar libros de la biblioteca, copiar CDs como antes copiábamos "casetes") sea algo tan poco importante.

Ahora se lee más que nunca, se ve más cine que nunca, se ha dejado de lado la telebasura (si hasta los imbatibles de Tele5 ahora tienen problemas)... ¿no es importante tener un país con ansia de cultura?

Dos últimas cosas: los datos en las salas han vuelto a ser suculentos. Hollywood está respirando con calma: siguen vendiendo entradas y DVDs a saco. Y segundo, Bebe ha pedido que pirateen su disco. El primero que hizo no vendió un colín, pero fue el más pirateado del año. El resultado: llenó todos sus conciertos y está teniendo una carrera espectacular. Y ha ganado dinero a raudales.

Pero Ángeles González Sinde no llena las salas. Claro. Es culpa nuestra.

PD: Y por cierto, no he conocido casa en donde se consuma mucha Mula y mucho pirateo que no esté llena de DVDs originales, discos, libros... ¿es que es incompatible?

27 mayo, 2009

Tiempos de cambio - Disculpen las molestias

Durante dos o tres días, este blog alternará diferentes colores y tipos de letra y no se actualizarán los post. Sé que hay una forma de trabajar la plantilla sin hacerlo en directo... pero... soy así de torpe.

Entre eso y Como conocí a vuestra madre... no tengo tiempo de nada.

22 mayo, 2009

Risas y talento, mucho talento

No sé si he hablado alguna vez de esto, pero me he reído tantas veces con los vídeos de Ortega Cano que hacen en El Intermedio, que vale la pena empezar el fin de semana viéndolos.

Lejos de ser algo sencillo, creo que la persona que ha editado esto tiene el timing perfecto para el humor, con sus pausas, con sus miradas. Es, sencillamente, buena televisión: humor surrealista, blanco, no dañino...

Se trata de secuencias de una entrevista a Ortega Cano editadas con otros personajes para crear algo diferente y totalmente nuevo. En Youtube hay mil combinaciones, solo hay que buscarlas, pero yo he escogido estas tres, que me tienen cautivado y con las que me reído largo y tendido...

ORTEGA CANO Y SOLBES:

ORTEGA CANO Y ZAPATERO:

ORTEGA CANO Y ANDRÉS PAJARES:

Venga, vale, también el de IKER JIMÉNEZ:

Pero busquen, busquen... está el de Massiel, el de Bruce Lee, el de Ana Botella... Feliz fin de semana.

20 mayo, 2009

Un premio y cosas de mi infancia

El otro día me dieron un premio por el blog. Es meritorio porque, independientemente de la calidad del blog, estos premios demuestran que uno tiene amigos y familiares que, de vez en cuando, le leen.

El premio viene del recién nacido blog de Marta Minguella, que aunque muchos no lo sepan, está muy relacionada con nuestra infancia. En realidad, tiene que ver con muchos de aquellos grupos que cantábamos cuando éramos pequeños. Y mucho que ver con el Grupo Nins.

A mi, cuando mi hermana me habla de ella, sobre todo en su blog, el nombre de Marta me recuerda a cosas de mi infancia. Y por eso, hoy he decidido hacer una pequeña lista, seguramente muy incompleta, de cosas que hicieron mis primeros 15 años de vida mucho más agradables:

Por supuesto, empezamos por donde tenemos que empezar: e
l Grupo Nins (con muchas rubias, rubios y una morenaza), la voz rota de Julia, Max ayudando al Sr. Hart, el lado masculino del Barón Ashler, mi adorada Sonia Martínez, los dibujos de José Ramón Sánchez, la muerte de Mario Postigo, la hija del trompetista cantaba en Parchís, el programa de los refranes de Televisión Española es interminable, Heston arrodillado en la playa ("oh, Dios, desde el principio está en la Tierra"), la fuerza me acompaña, los cómics de la Marvel, la Bella Dama Española va a necesitar un barco más grande, ¿alguien ve a María Luisa Seco?, Rockychaparro, los tres globos y las ideas de Vickie, ¿qué pasa contigo, tío?, Nino Sánchez y un pueblo de Castilla, Spectra y Roger Moore, Epi no deja dormir a Blas, la fortaleza de la Soledad, Superlópez, Historias para no dormir y las despedidas de Chicho cuando termina la temporada del 1,2,3; los cromos de Danone, los libros de los Hollister, "Teléfono mi casa", el condensador de Fluzo, "si el arca está ahí, no es algo que el hombre deba tocar", "My mind is clearer now, at last, all too well...", mis TBOs e incluso, los Lilys de mi hermana (con Josefina al frente), la maletita tocadiscos que iba pasando de mano en mano, mi primer LP y mi primera banda sonora, las vacaciones en Mallorca con mi tía y las vacaciones en el Paraíso, las noches de terror, Ángela Channing, las visitas al cementerio para hacer espiritismo, Leonor: mi primera novia, la gala de los Oscars en diferido y la primera vez, en el año 87, en directo, el cine Bahía y la sala Mercé, ¿alguien habla mejor que Felipe González en la tele?, del barco no me moverán, la muerte obligada con 33 años: escápate Logan, Starsky es mucho mejor que Hutch, TJ al tejado, el regaliz y el Grupo Regaliz; Brigadoom, Timmy, Kio, Jason, Marc y la Princesa lucharán, "corre muchacho ya, no te detengas más", ¿ha muerto Peter Sellers?, ya llegó... el final del verano, y por supuesto, ¡PLANEADOR ABAJO!

Todo esto y mucho más es mi infancia. Y un besito a mi hermana Inma, por hacer esos años mucho más bonitos.

14 mayo, 2009

Los huevos de Webber

Como Hitchcock, Lloyd Webber está convencido de que todo lo que haga tiene que ser popular. En un país como España, en donde los egos son más grandes que las obras que producen, nos parece un razonamiento extraño. Pero pese a ser multimillonario, pese a ganar auténticas barbaridades por los derechos de sus canciones (sólo con Memory, cualquiera de nosotros se podría retirar con beneficios brutales mensuales), cada vez que se sienta al piano a componer y decide sacar una obra, sufre como un canalla por si el público va a responder o no.

Para conseguir ese éxito, en sus musicales se ha rodeado de efectos especiales, de estrellas televisivas y del cine, y de todo de lo que se puede tirar para conseguir vender entradas antes de estrenar (en el teatro, es una forma de medir el éxito). Y por supuesto, del poder desgarrador de su música.

Quizá por este afán de gustar y tener éxito, se ha metido de lleno en los concursos británicos y americano en plan Operación Triunfo. Es fácil ver en Youtube decenas de vídeos suyos dando pequeñas clases a concursantes de American Idol. Clases, evidentemente, de cómo cantar sus canciones.

Puede parecer una tontería, pero estos concursantes se convierten en verdaderas estrellas y, posiblemente, sean candidatos perfectos para protagonizar un musical: juventud, buena voz y fáciles de manejar (en el mejor sentido de la palabra: ensayos, ensayos y ensayos). Y a Lloyd Webber le vienen muy bien, ya que son personas que, justo al terminar un concurso de estos, te llenan teatros sin problemas. Hace unos meses, aprovechó uno de estos concursos televisivos para dar con la protagonista de la reposición de Sonrisas y Lágrimas, y el año que viene repetirá la experiencia para encontrar una Dorothy para El mago de Oz.

Pero el movimiento que ha dado esta semana me sorprende mucho más (y por eso, el sonoro nombre del post). Hace un par de días, en un concurso inglés para seleccionar cantante para Eurovisión, ha ganado una chica que canta como los ángeles. Se llama Jade y se presentará con la canción It´s my Time.

La canción está compuesta por Andrew Lloyd Webber, que pese a ser uno de los compositores más respetados del mundo, se la juega en un concurso que, debemos reconocer, no es lo que era. La canción, cómo no podía ser de otra manera, es una preciosidad. Pero... ¿no es temerario?

Es evidente que no pasa nada si no gana, pero si queda en mala posición... esto no es un éxito seguro, como lo fue con Amigos para siempre en las Olimpiadas de Barcelona...

Y mientras más pienso que Webber le ha puesto una valentía inusual a esta historia, no dejo de darle vueltas a la cabeza: los que más lejos llegan son los que más valientes son. Y a mí, que me da igual que gane o pierda, me ha regalado esta maravillosa canción:




NOTA: Y ahí va el trailer de Nine (musical basado en 81/2), que tiene una pinta estupenda, aunque tenga ese toque Fellini. Tengo ganas de verla...


Bigfoot SIN los Hendersons

En el año 1.987, se estrenó la película Bigfoot y los Henderson, que aunque hay algunos seguidores nostálgicos, era muy, muy malita. Realmente, es la película que marca el pronunciado declive entre las buenas películas de Amblin y el Amblin rutinario que vino posteriormente.

Estoy hablando de pasar de Los Goonies, El secreto de la pirámide o Gremlins, a cositas como esta o Nuestros maravillosos aliados. Cuando hablamos de aquellos años y de todos los directores que apadrinó Spielberg: desde Joe Dante hasta Robert Zemeckis, nos solemos olvidar de otros directores a los que Spielberg les dio cierta confianza y que resultaron ser un pequeño fiasco. En este caso, William Dear.

William Dear, según IMDB, en este momento está haciendo peliculillas de tres al cuarto, pero cuando comenzó a despuntar visualmente fue con el episodio de Amazing Stories de Mummy, Daddy (el del actor de cine vestido de momia que salía corriendo del rodaje de una película porque acababa de ser padre. Mientras la gente le confundía con una momia de verdad, se mezclaba en la historia una momia genuina). Era un episodio trepidante, que en España se estrenó en los cines junto al del avión de Spielberg y al del profesor de la cabeza cortada de Zemeckis. Y ahí, finaliza para un servidor, la carrera de William Dear.

Porque repito: la de Harry, a riesgo de herir sensibilidades ajenas, era mala, mala.

Y todo esto lo cuento porque, leyendo el Imágenes de Actualidad, he dado con un pequeño artículo sobre los verdaderos Bigfoot. Y como esas historias, las de verdad, me encantan, estuve investigando un poco por Internet. Las imágenes de OVNIS y espíritus me fascinan, tanto si son de verdad como si son montajes preparados para engañar a todo el mundo. De hecho, creo que me gustan más los montajes.

Los montajes de OVNIS son geniales porque las imágenes que vemos son los platillos volantes tal y como se pensaba que eran en la época. Y los diseños cambian y se mordenizan según el año de avistamiento. Los hay tipo Ed Wood, como dos platos, uno encima de otro, y tras Encuentros en la tercera fase, hay imágenes con mucha ventanita y muchas luces.

Pero la historia del Bigfoot es diferente. En Youtube hay mil secuencias de la bestia, que tras los estudios pertinentes, se han demostrado que son falsas. Todas... menos una.

El Sr. Patterson asegura que grabó un Bigfoot. Tras pasar varios estudios actuales, la mayoría confirma que las imágenes pueden ser reales. En el momento de la grabación, no existía ningún traje que mostrara los músculos tal y como se ven en la cinta de Patterson. Pero lo que más me gusta de esta leyenda, sea real o no, es que Patterson, tomado por timador toda su vida, aseguró a su familia, en su lecho de muerte, que las imágenes, para desgracia de él, eran reales.

Teniendo en cuenta que la secuencia data de finales de lo 60 y que, cuando salía una bestia así en el cine o en la televisión, era bastante deplorable (y por mucho que digan, las de 2.001 también), tengo ganas de creerme estas imágenes.

Y si fueran falsas, les aseguro que la figura de Patterson me interesaría mucho más. Ese talento para los efectos especiales no lo tenían ni las mejores productoras de Hollywood. Dejo la imagen de Patterson primero y un pequeño análisis con trajes más modernos, para comparar, después.



Y ahora este:


11 mayo, 2009

Un golpe de talento

Más que una secuencia memorable, más que unos personajes emblemáticos, más que cualquier cosa que pueda ver en pantalla, reconozco que un buen gag cómico es algo que me fascina.

Cuando ocurre, es como un rayo que cruza mi mente y da en el sitio equivocado, en un sitio inesperado y que me provoca un maravilloso alejamiento de la lógica. Los mejores cómicos me producen este sentimiento: desde los Monty Phyton hasta los problemas mentales de Ross Geller.

El viernes vi Dí que si, esa película de Jim Carrey que "sólo dice sí". No es una gran película, pero se la recomiendo a todo el mundo, única y exclusivamente, por la fiesta de Harry Potter, en donde todos van disfrazados de algún personaje de la película.

Reconozco que a veces veo gags donde no los hay. Un poco como lo que hace Berto todas las noches en Buenafuente, que analiza las fotos de los periódicos para ver cosas que nadie ve. Y ahí radica su talento.

A mi me pasó el otro día, viendo la magnífica entrevista de Buenafuente a Tom Hanks. Hay un momento en el que el actor reconoce que no tiene vicios y dice: "Bueno, sólo uno" y mientras dice estas palabras, saca una taza de café de su espalda para mostrar que "ese es su único vicio". El presentador, que demuestra no tener mucha idea de inglés y está esperando la traducción de lo que ha dicho, levanta la mano y parece decir "no, gracias". (minuto 2:40 aproximadamente. De todas maneras, es una buena entrevista y durante un rato hablan del gag de la bañera en Esta casa es una ruina. Un detalle cinéfilo que no todos los entrevistadores del mundo tienen).

Pero escribo este post para mostrar una genialidad, una de esos gags en los que realmente hay que saber escribir, tener imaginación y saber mucho del código de la televisión: mucho antes de estrenar las películas de Agárralo como puedas, el detective Frank Drebbin (Leslie Nielsen) había tenido su pequeño espacio en una serie de televisión llamada Police Squad que sólo estuvo en antena durante seis episodios, para finalmente morir sin audiencia. Y aunque hoy es un clásico de la televisión (del equipo creador de Aterriza como puedas), en España creo que nunca se han emitido (por otra parte, ¿quién compra sólo seis episodios?).

El caso es que los estuve viendo y son bastante graciosos. Pero tienen un detalle que me ha cautivado, el gag maravilloso, el perfecto, el que me gusta... En sus epílogos, como en todas las series de televisión, el plano se congela y aparecen los créditos, sólo que en este caso, no lo congelan de verdad sino que los actores se quedan parados.

Si esto no les parece una genialidad, no volvemos a hablar nunca más... Por cierto, los seis epílogos van seguiditos, para verlos todos:


07 mayo, 2009

Cuando la Streisand hizo el mejor dueto del mundo

Tres minutos de magia. No sé muy bien por qué, de repente, me ha venido a la cabeza. Forma parte de un DVD que conozco muy bien: el concierto de Barbra Streisand de 1.994. Un clásico.

En realidad, los únicos discos realmente destacables de los últimos años de Barbra son sus conciertos y sus dos Broadway Álbum, porque entre tanta recopilación y tanta música ñoña, queda poco de lo que, a mi gusto, ha sido la mejor cantante del mundo (frase que me cuesta escribir, pero con la que, definitivamente, estoy de acuerdo).

Al grano: en este concierto fue la primera vez que realizó un dúo con ella misma (en ego no le gana nadie), y aunque esa pirueta, técnicamente compleja, no sólo por las voces sino por la unidad de ambos momentos orquestales, la ha vuelto a repetir en varias ocasiones, nunca ha salido tan perfecta como en este momento (se trata de un medley de Yentl).

Aunque Barbra Streisand no te guste, no debes perderte estos tres minutos (sobre todo, a partir de 1:25):




Si Yentl es todo un clásico es debido a las magníficas canciones compuestas por Michel Legrand y las poderosas letras de Alan y Marilyn Bergman. El Sr. Legrand, que recientemente se ha estrellado con Marguerite (producido por 'los miserables' Claude Michel Schönberg y Alan Boubill), tiene tropecientos años y unas espaldas con musicales maravillosos (humm... creo que este fin de semana recuperaré Los Paraguas de Cheburgo). Y su labor para la canción Papa, can you hear me es, directamente, de otro mundo.

Lo que no me esperaba es que, a su edad, se subiera a un escenario a cantarla.

06 mayo, 2009

El Star Trek de Giacchino y el respeto bandasoneril

El señor de la foto es Michael Giacchino, compositor de Lost, Los increíbles o de la tremenda Misión Imposible III. Y ahora, que dentro de poco estrena Star Trek en los cines, ya tiene el disco de la banda sonora en el mercado (y en Internet).

Coger este trabajo implica, además de una oportunidad de oro, un respeto a nuestros mayores. En su caso, un respeto a la sintonía original de la serie, un respeto al gran Jerry Goldsmith y un respeto a James Horner (que entre sus mejores trabajos está La ira de Khan).

El concepto de respeto en las bandas sonoras debería estudiarse. La lógica cinematográfica existe en los personajes, en las historias, incluso en la fotografía (ahí está el caso del moderno Kaminski intentando emular la fantástica fotografía de Slocombe para la trilogía de Indiana Jones). Pero en la banda sonora es más raro encontrarlo.

Cuando Tom Cruise contrató a Alan Silvestri para la música de Misión Imposible, se encontró con un compositor que, de ninguna manera, quería utilizar la sintonía de la serie. Su banda sonora, que se puede encontrar en Youtube, era magnífica, pero el rey cienciólogo quería a toda costa que sonara el magnífico trabajo de Lalo Schifrin. Tras muchas idas y venidas, se contrató a última hora a Danny Elfman (que firmó uno de sus mejores trabajos) para componer a contrareloj. Alan Silvestri, al que volvieron a cancelarle un trabajo ya grabado en la primera parte de Piratas del Caribe (los primeros trailers llevaban su nombre) firmaba su sentencia de muerte por no querer respetar las fuentes originales.

Y seamos claros: la sintonía de Misión Imposible es una maravilla, imprescindible.

El respeto, por ejemplo, en la saga de X-Men es inexistente. Tres películas con tres músicos distintos (el desaparecido Michael Kamen, que firmaba la película como K-Men; John Ottman en la segunda y John Powell en la tercera). Y duele. Quiero decir, si Wolverine hubiera tenido un tema, si la Escuela de Xavier tuviera su temita... todo perdido por la autoría de tres músicos sin respeto a los antecedentes. Un desastre.

Ayer, oyendo la nueva banda sonora de Star Trek, descubrí la verdadera razón por la que Giacchino es un valor en alza. Su banda sonora es muy, muy buena. Ha creado unos temas vigorosos, muy bien orquestados y con un nuevo motivo que tira de espaldas. Y cuando parece que todo es magistral, suenan piezas que, directamente, te ponen la piel de gallina y elevan la banda sonora a clásico instantáneo.

Hay que oirla.

Aún así, les pongo dos minutos de los largos créditos finales. Suena el magnífico motivo de Alexander Courage, pero en el segundo 21 hasta el 27, comienza a apuntar su tema. Sigue con el clásico, para en el segundo 50 arrancar su potente melodia. Las fusiona sin problemas, sin egos, con el talento de un artista consumado.


04 mayo, 2009

Las Ruinas y Cortina Rasgada

Este largo fin de semana he visto mil películas. Algunas malas, malas, como Ultimátum a la tierra en versión ecológica, algunas mediocres pero entretenidas, como Rastro Oculto, con una magnífica Diane Lane y un magnífico Colin Hanks (este tipo, hijo de Tom, es un actorazo tremendo) o Wolverine, que no es tan mala como dicen pero está lejos de ser una buena peli (y tiene ese planazo del helicóptero y unos títulos de crédito magistrales).

Me guardo mi comentario para dos películas: Las Ruinas y Cortina Rasgada. Las Ruinas, que ni siquiera sé si se estrenó en cine o ha pasado directamente a DVD, me llamó la atención cuando apareció su nombre entre las 10 mejores películas que Stephen King apunta cada año. Por culpa de esa lista y mi curiosidad, me he tragado cosas espantosas. Pero hace poco volvió a surgir este nombre en la lista de correo en la que estoy apuntado y había gente que la defendía y que recomendaba su visionado.

Las Ruinas es una película pequeñita, con efectos especiales flojitos y una ausencia de decorados que llama la atención. Es corta y está producida por Ben Stiller (el libro y el guión son de un buen amigo suyo). Y es de terror. Y muy gore. En realidad, con todos sus defectos, que los tiene y son gordos, es una película simpática. Posiblemente, porque estoy un poco harto de la corrección cinematográfica de los últimos meses. Veo planos muy gores que rozan lo absurdo y me gusta que existan películas que cuesten tan poco dinero que da igual la calificación moral que le (im)pongan.

La historia es la de siempre: estudiantes americanos en país exótico visitan unas ruinas. Y uno a uno, van muriendo. Pero... hay más. Las Ruinas tiene dos o tres conceptos interesantes: la forma en la que las plantas atraen la atención de los humanos, la barrera de personas que no dejan salir a los chicos de las ruinas... momentos que hacen que este producto pequeñito tenga más valor que la misma Wolverine.

Y la sinopsis es tan absurda (las plantas atacan a los hombres) que se ha ganado un rinconcito en mi corazón.
Los que no quieran ver sangre en pantalla, que no la vean, porque tiene momentos que ríete tú de Re-Animator:


Pero estos días he visto demasiadas películas mediocres como para no apuntar que, siendo fiel a una antigua tradición, no se pueden ver demasiadas películas sin poner un Hitchcock en medio. Y esta vez le tocó el turno a Cortina Rasgada, película que la crítica desprecia sin piedad y que yo adoro profundamente. De hecho, cuenta la leyenda que cuando Julie Andrews vio la película, le pidió a sus amigos que no fueran al cine.

Pero la adoro. Y eso que contiene las peores transparencias de la historia en el momento de la persecución del autobús (aunque, sinceramente, las peores transparencias están al principio de Memorias de África, con ese Klaus María Brandauer con un fondo imposible y con esa panorámica sobre una ventana en la que el fondo permanece estable).

No creo que Paul Newman ni Julie Andrews, ni creo que el guión sea flojo. Lo que creo es que Hitchcock enlaza secuencias con magistral poder visual. Sin que el espectador sea consciente, comienza siendo una película de ella, con su punto de vista, sospechando de su pareja. De repente, pasa a ser una película de él, con su misterio... para, el tercio final, ser una película de ambos.

Y Hitchcock junta el asesinato antológico, la persecución del autobús, la fórmula en la pizarra, el fuego en el teatro, el drama de la polaca, los baúles en el barco y sobre todo, esos planazos con pausa de la bailarina dando vueltas sobre el escenario (¿hay alguna idea mejor que una bailarina en pleno escenario dándose cuenta de que los dos fugitivos están viendo el espectáculo?).


Viendo el reportaje del DVD (las películas de Hitchcock tienen unas ediciones magníficas. Y ahora, con carátulas metálicas), cuentan que para que Paul Newman aceptara el papel puso unas condiciones. Para ello, muestran una carta (¡pero diablos!, ¿nadie publica esta información? Me moriría por leer los memorandum de los actores a los directores) que, con la debida pausa y el zoom del DVD pude leer con calma:


Carta de Paul Newman a Hitchcock:


"Estimado Hitch:


Perdona mi retraso. No pude escribirte el viernes, y lo hago hoy lunes, porque los seis niños me han tenido en un campeonato de saltos de trampolín en la piscina. Un día de estos, voy a escribir un libro sobre cómo "Tirarse al trampolín con cuarenta años". A lo que vamos, tengo una serie de cuestiones:


1.- Debemos revisar el guión, sobre todo en las secuencias de las que hablamos en tu oficina. Claramente, le falta humor. Los personajes deben aligerar la tensión en según que momentos (...)

2.- Aunque cuando vi el título en el guión,
TORN CURTAIN, me pareció que estaba bien, creo que podemos mejorarlo. Los títulos de sus películas tienen cierta magia que es la que me gustaría conseguir, algo como el de North by Northwest o Notorious."

El plano no me dejó seguir leyendo la carta. ¿A qué tiene buena pinta?


Si de algo adolece la película es de buscar la comercialidad a toda costa. De ahí viene la elección de Julie Andrews (si la película se comenzó a rodar antes de tener el guión que quería Hitchcock y Newman es porque la Andrews tenía otros proyectos) que acababa de tener rotundos éxitos con Mary Poppins y The Sound of Music y era la estrella más comercial del momento.

Y de esa buscada comercialidad, también surge
la problemática con Herrmann, al que después de tantos años, sustituyó como un pelele cuando ya tenía prácticamente toda la música grabada. El dúo músico-director terminó después de un buen puñado de obras maestras. La música de Herrmann, que está editada en CD y que, además, viene como extra montada en varias secuencias del DVD, es muy superior a la correcta que hizo Addison.

Pero no es una cuestión de melodía, es por el tono de la película. El primer tercio de
Cortina Rasgada, el que se resume en "ella sospecha de su prometido", en el montaje definitivo tiene una música rápida, casi cómica, que reduce el dilema moral. En la versión con música de Herrmann es un auténtico drama.

No es baladí. Recordemos que los primeros 20 minutos de
Psicosis son, prácticamente, un primer plano de Janet Leight conduciendo. Y la música repetitiva de Psicosis nos hace acompañar a la protagonista en ese viaje que, en definitiva, es una auténtica tortura psicológica.

No hace falta que vean toda las secuencias de este bloque, solamente el primer minuto. Paul Newman recibe un telegrama que no puede ser visto por Mary Poppins. Mientras en la película definitiva, es un dato anecdótico sin importancia (salvo por Newman pensativo al final de la secuencia), en la versión de Herrmann se vislumbra la gravedad del problema.

Esta es la secuencia con música de Herrmann. Y que nadie se deje engañar por las críticas, hoy por hoy, Cortina Rasgada sigue siendo una película trepidante que algún día, alguien rescatará del olvido:

01 mayo, 2009

Los Goonies, más de 20 años después...

He descubierto este video en Menéame y enlaza directamente con un artículo y un hermoso vídeo del reencuentro de Los Goonies con Richard Donner y Steven Spielberg. Todo un detalle de la mano de la revista Empire...

EL ENLACE ES ESTE.

Hum... recuerdos...